Las inspecciones de las calderas de gas protegen nuestra seguridad, el medio ambiente y nuestro bolsillo. Por eso, además de ser obligatorias también son beneficiosas. Podemos distinguir dos tipos de inspecciones:
- Una inspección para garantizar que una nueva instalación cumple con las normas técnicas y de seguridad.
- Una inspección para garantizar el cumplimiento de los requisitos, que incluye, entre otras cosas, la aprobación en el momento de la puesta en marcha y la inspección periódica de la caldera.
Inspección de conformidad para una nueva instalación
Si tu empresa o comunidad de propietarios tiene una nueva instalación de gas, las tuberías y los aparatos deben cumplir con las normas pertinentes para poder conectarse a la red de gas y poner en marcha el contador, presentando un certificado de conformidad.
Antes de poner en marcha el contador de gas, también se inspeccionará la instalación para comprobar si hay fugas.
Aprobación del sistema de calefacción al entrar en funcionamiento
Antes de utilizar o volver a poner en marcha la caldera, un profesional acreditado debe aprobar su activación. Esto supone reconocer la validez de los procedimientos técnicos aplicados para su instalación o reparación.
El objetivo de esta homologación es comprobar que se ha instalado correctamente en cuanto a:
- Ajustes.
- Aislamiento de las tuberías.
- Ventilación de la sala de calderas.
- Calidad de la combustión y los gases emitidos.
- Tiro de la chimenea.
La homologación es necesaria después de instalar o trasladar una caldera, y también después de sustituir un cuerpo de caldera o un quemador.
Una vez que la homologación se haya aprobado, el profesional te entregará un certificado de homologación, de acuerdo con la normativa de calefacción.
Además, debe realizarse una inspección periódica de la caldera de gas cada dos años. Dicha inspección también debe realizarse por un profesional acreditado que, tras realizar las comprobaciones, te entregará un informe como resultado de la inspección.
¿Qué incluye la revisión obligatoria de la caldera de gas?
Al llevar a cabo la inspección de una caldera, los inspectores cuentan con una lista de elementos que deben ser revisados visualmente tanto en el interior como en el exterior.
El objetivo tanto de la inspección externa como de la interna es realizar una revisión de cada parte de la caldera para identificar posibles problemas que podrían requerir mantenimiento y asegurar el correcto funcionamiento del sistema.
Estos son algunos de los aspectos más importantes que debe incluir una revisión obligatoria de la caldera de gas:
- Inspección visual de la ubicación del aparato, el terminal, la ruta/posición de la chimenea y los signos de combustión incompleta.
- Fundiciones y juntas de la cámara de combustión.
- Contador de gas / válvula de control de emergencia para la accesibilidad en caso de emergencia, para el mantenimiento y el etiquetado.
- Presión del quemador del aparato o índice de gas, o ambos cuando sea necesario.
- Análisis de los gases de combustión, si se especifica en las instrucciones de mantenimiento del fabricante.
- Comprobación de la ventilación.
- Análisis del flujo de la chimenea y de los derrames, si procede, para el correcto funcionamiento de la misma.
- Dispositivos de supervisión de la llama y/u otros controles de seguridad para su correcto funcionamiento.
- Investigar cualquier evidencia de funcionamiento no seguro de la caldera.
- Prueba de estanqueidad de la instalación de la línea de gas.
La auditoría de la calefacción
¿Sabías que la inspección periódica y la revisión bianual se complementan con la evaluación o auditoría del sistema de calefacción?
Se trata de una revisión detallada del sistema de calefacción para evaluar su rendimiento energético y detectar cualquier pérdida de eficiencia. La auditoría debe realizarse en el año anterior o posterior a los quince años de la caldera.
¿Por qué es necesario realizar revisiones de la caldera?
- Para mejorar el rendimiento energético del sistema de calefacción.
- Para confirmar la seguridad del sistema y evitar posibles accidentes.
- Para comprobar si se cumplen determinados requisitos técnicos.
- Para garantizar un programa de mantenimiento mínimo.
El mantenimiento es recomendado por los fabricantes para garantizar una vida larga de la caldera y un funcionamiento sin problemas. Además, reduce el riesgo de accidentes e intoxicación. Por último, una caldera bien mantenida consume menos gas, cuesta menos y contamina menos.
Dicho mantenimiento se realiza sistemáticamente durante la inspección periódica por parte de los profesionales.
¿Con qué frecuencia se realizan las inspecciones de calderas de gas?
Las directrices actuales recomiendan hacer inspecciones de las calderas cada dos años, mientras que las inspecciones más exhaustivas que incluyen todo el sistema se recomiendan cada cinco años.
Los estudios han demostrado que aumentar la frecuencia de las inspecciones de las calderas puede suponer un aumento de la vida útil de las mismas, así como una mayor garantía de seguridad y eficiencia.