El alumbrado público inteligente es un sistema de iluminación que utiliza dispositivos LED con sensores que pueden detectar cuándo se necesita la iluminación y cuándo no. Esto evita, por ejemplo, que las luces se enciendan demasiado pronto por la noche o demasiado tarde por la mañana, ya que el sistema es capaz de detectar la cantidad de luz natural disponible y encenderse cuando es necesario. También puede configurarse para que la luz varíe en función del movimiento detectado, ahorrando así en costes de energía.
Las ciudades desperdician una enorme cantidad de energía alimentando las farolas cada noche, incluso cuando nadie las utiliza. El alumbrado público inteligente digital resuelve este problema, a la vez que proporciona numerosas ventajas adicionales para la seguridad pública. Desde Ogisa te lo contamos todo sobre este novedoso sistema de iluminación.
¿Qué es una ciudad inteligente?
El alumbrado urbano inteligente es capaz de crear ciudades más eficientes energéticamente. Por una parte, el uso de bombillas LED consume mucha menos energía que las bombillas incandescentes tradicionales. Y, además, el hecho de que los sensores puedan detectar aspectos como el movimiento o la cantidad de luz, hace que la iluminación se apague cuando no es necesaria.
El alumbrado público inteligente conecta cada lámpara a Internet a través de los sensores de información de los que dispone, para lograr una iluminación a demanda y una gestión precisa. Este modelo de funcionamiento podría conllevar un ahorro de hasta un 50% de energía, según afirman los estudios más recientes.
De este modo, no solo se consigue ahorrar energía, sino también reducir emisiones, disminuir la cantidad de mantenimiento necesario y operar de manera más eficiente.
Con este tipo de sistema de iluminación se logra crear ciudades con un nivel de consumo energético responsable y más cuidadoso con el medio ambiente, capaces de adaptarse a las necesidades reales en vez de desperdiciar recursos. Esto es lo que se conoce como ciudades inteligentes.
Capacitar a las comunidades para realizar inversiones energéticamente eficientes
Los proyectos de alumbrado público inteligente comenzaron como un esfuerzo de ahorro para que las ciudades sustituyeran las farolas de alto consumo energético por luces LED más eficientes, pero han evolucionado hacia varios objetivos adicionales.
Al convertir los sistemas de alumbrado público existentes en LED energéticamente eficientes, los municipios pueden ahorrar en los impuestos a sus contribuyentes, proporcionar una mejor iluminación a su comunidad, reducir el uso de energía y, posteriormente, disminuir el impacto sobre el medio ambiente.
La información como base del funcionamiento del alumbrado público
La información es primordial para cualquier ciudad hoy en día, posiblemente incluso más importante que el ahorro energético directo. Tanto si se trata de información relativa al alumbrado público (funcionalidad, parámetros eléctricos, etc.) como a la propia ciudad (sensores de contaminación, por ejemplo), todos los gestores urbanos prefieren basarse en datos sólidos para optimizar los procesos y operaciones relativos a la ciudad.
Esto es así porque la optimización de los sistemas de alumbrado público se basa en la información de la que se dispone, que repercutirá directamente en un mejor funcionamiento de los sistemas de iluminación. La mejora de los sistemas debe ser un proceso continuo, que se reajuste y readapte en función de los datos disponibles.
Sistemas inteligentes integrados
Las ciudades inteligentes no solo se basan en el alumbrado público, sino que engloban otros aspectos como el tráfico inteligente, la eliminación de residuos inteligentes y los servicios públicos inteligentes.
Todos estos factores juntos son aún mejores, ya que se benefician de las distintas sinergias que surgen entre ellos. Muchas empresas se centran en su área de especialización, pero las ciudades inteligentes pretenden mejorar todo el sistema de manera global. Estudios recientes dan importancia a la creación de sistemas inteligentes integrados para liderar la revolución de las ciudades inteligentes.
¿Cuál es el futuro del alumbrado inteligente?
La tecnología y los sistemas de alumbrado público avanzan ahora más rápido que nunca y necesitan aportar siempre más para beneficiar a la gente, a los municipios y al planeta.
En el proceso de modernización del sistema de alumbrado urbano, los municipios pueden optar por diversos sistemas inteligentes, soluciones de software de control remoto de farolas o tecnologías de comunicación para construir infraestructuras de alumbrado público conectadas. Todas estas opciones aportan beneficios dentro y fuera del ámbito del alumbrado público.
Todavía no se sabe con certeza cuál es el futuro del alumbrado público inteligente. Algunos expertos apuntan a la reutilización de las infraestructuras de alumbrado público existentes y a la plena interconectividad de las plataformas de software. Hay soluciones que ya pueden desplegarse junto con los modernos sistemas de alumbrado público inteligente, como las estaciones de recarga de vehículos eléctricos, los aparcamientos inteligentes, la supervisión por vídeo de la seguridad pública, la gestión del tráfico, la conectividad de banda ancha, etc.
Lo que resulta bastante claro es que el alumbrado público inteligente será la columna vertebral de las ciudades inteligentes del futuro. Conectando más de 360 millones de farolas en todo el mundo, los sistemas de alumbrado público inteligente convierten la red de iluminación de las ciudades en una red controlada de forma centralizada.
Con un acceso ininterrumpido a la energía, los postes de alumbrado público son ideales como base de sistemas urbanos inteligentes como cámaras de seguridad, sensores ambientales, contadores de tráfico o cargadores de vehículos eléctricos. Al conectar cada poste de alumbrado a una conexión de red más amplia, cada lámpara se convierte en una plataforma de instalación preparada que actuará como aglutinante de inversiones más amplias en la ciudad inteligente.
La urbanización es un problema al que todas las ciudades deben hacer frente en todo el mundo. El sector de las ciudades inteligentes representa un mercado de 600.000 millones, y se espera que 600 ciudades de todo el mundo generen el 60% del PIB mundial en 2025.
Dado que se calcula que más del 60% de la población mundial vivirá en ciudades en 2050, es crucial que estas ciudades sean entornos seguros y adecuados para sus ciudadanos. El objetivo final de las ciudades inteligentes es mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.