El consumo de energía en el ejercicio de tu negocio es inevitable pero, ¿sabes que hay muchas cosas que puedes hacer para ahorrar realmente en tus facturas, tanto si eres una gran empresa como una PYME?
Una auditoría energética sencilla y directa puede tener un efecto positivo en tu empresa y ayudar a acabar con los hábitos energéticos ineficientes.
En Ogisa te contamos por qué es importante realizar una auditoría energética en tu empresa, te guiamos a través del proceso y te ofrecemos algunos consejos sobre los planes de acción.
¿Por qué realizar una auditoría de tu empresa?
A veces podemos tener la idea errónea de que las auditorías energéticas llevan mucho tiempo y son poco útiles, pero esto no podría estar más lejos de la realidad. Una auditoría proporciona una visión clara del uso actual de la energía en tu empresa, ofreciéndote información sobre las áreas que pueden suponer una pérdida económica, de una manera clara y sencilla de entender.
Gracias a la información obtenida en la auditoría energética, puedes formular un plan que te permita corregir tus descuidos energéticos.
Identificar las áreas en las que se desperdicia la energía puede ahorrarte dinero a largo plazo, mientras que los resultados de la auditoría pueden sugerirte formas de reducir tu consumo de energía, recortar los costes y reducir tu huella de carbono.
Una auditoría eficaz es lo más exhaustiva posible, ya que tiene en cuenta todos los aspectos: inspecciona el interior, el exterior, las instalaciones y los equipos del edificio para determinar cómo interactúan estos sistemas entre sí.
Si la auditoría resulta satisfactoria, puede tener un efecto positivo tanto para la moral de la empresa como para la cultura general de la misma. No solo ayudará a tu empresa a reducir los costes, sino que los resultados obtenidos también podrían ayudar a fomentar la innovación y la competencia entre los trabajadores.
Si la empresa demuestra su voluntad de poner en práctica las nuevas ideas, los empleados comprometidos pueden estar dispuestos a identificar nuevos planes de ahorro de energía, apoyando la innovación y la colaboración.
Además, el desarrollo de un modelo de negocio más ecológico y sostenible a través de la auditoría, demuestra una comprensión de la eficiencia energética que puede ponerte por delante de la competencia.
Es una oportunidad para hacer patente la voluntad de adaptación de tu empresa y eso te hará destacar en un mercado cada vez más competitivo. De este modo, podrás abrirte paso entre un público más concienciado con el medio ambiente, lo que quizá sea el beneficio más importante.
El proceso de LA auditoría
Aunque las auditorías energéticas no son obligatorias para todas las empresas, siempre merece la pena realizar la tuya para descubrir dónde pueden hacerse cambios positivos. Si no estás seguro de por dónde empezar, un auditor energético puede guiarte en el proceso, señalar las áreas problemáticas y ofrecerte el asesoramiento necesario.
Evaluar el uso actual de la energía
Un punto de partida necesario es ver cómo se utiliza actualmente la energía en tu empresa, lo que puede poner de manifiesto las áreas que requieren mejora. Identificar las secciones ineficientes en los distintos departamentos, edificios y sedes es especialmente útil, ya que muestra lo que hay que corregir o lo que requiere de un análisis más profundo.
La evaluación del uso actual de la energía también será de ayuda más adelante, ya que, una vez que se han puesto en marcha algunas herramientas y métodos de ahorro de energía, resulta mucho más fácil mostrar a los directivos y empleados el ahorro conseguido si lo comparamos con la situación inicial.
Las formas de evaluar tu consumo actual de energía son muy variadas. Existen hojas de cálculo para el seguimiento del uso de la energía que pueden ser muy útiles y tu proveedor de energía también puede ofrecerte ayuda. Lo más importante es que el estudio abarque toda la empresa si es posible o, al menos, la mayor parte.
Las soluciones más sencillas pueden aplicarse con rapidez, lo que ayuda a realizar pequeños ahorros, tomar impulso y convencer a los compañeros de que el proceso y los resultados merecen la pena. Además, las oportunidades que inicialmente no eran prioritarias pueden reevaluarse más adelante, una vez que se hayan completado los proyectos principales.
Una vez identificados los problemas y tenidas en cuenta las oportunidades que surgirán si los resuelves, tu empresa ya está preparada para elaborar un plan de acción.
Pasar a la acción
Para dar el siguiente paso, hay que cuantificar el ahorro potencial de cada una de las áreas identificadas. Para ello, hay que calcular el ahorro energético estimado, los valores caloríficos (la cantidad de energía por unidad de un determinado combustible), los costes y los factores de carbono.
Tras calcular el ahorro potencial y los costes estimados de la aplicación de los cambios, habrá que establecer un calendario de acción, de manera que las distintas acciones puedan priorizarse.
Una vez evaluado el uso actual de la energía, considerados los cambios necesarios y elaborado un plan de acción, el ahorro energético para tu empresa será considerable.