¿Alguna vez has entrado en una habitación y de tener una temperatura agradable de repente has notado un frío inesperado?
Esto se debe a una corriente de aire o, en el caso de una superficie mayor, a que quedan zonas con una menor temperatura. Para solucionar este tipo de problemas, existen los paneles radiantes, también llamados pantallas radiantes, que son un sistema de calefacción que permite calentar los espacios de forma uniforme y, al mismo tiempo, ahorrar en la factura de la luz.
En realidad este sistema no es una novedad, sino que es el redescubrimiento de una técnica que fue muy popular en el siglo XX. Pero hoy, gracias a las innovaciones tecnológicas, la calefacción por paneles radiantes es mucho más eficiente desde el punto de vista energético. Por lo tanto, es una forma perfecta de calentar los espacios de forma ecológica y sostenible.
En este artículo, desde Ogisa te contamos cómo funciona la calefacción por paneles radiantes, qué tipos de instalaciones existen y qué ventajas puede suponer para tu empresa.
¿Cómo funciona la calefacción por paneles radiantes?
La calefacción por paneles radiantes funciona según el principio de la radiación, de forma muy semejante a como recibimos la energía del Sol en nuestro planeta.
Se utiliza un sistema de tuberías o cableado eléctrico, que se coloca bajo el suelo, en las paredes o en el techo. Sobre dicho sistema se colocan los paneles radiantes, que emiten el calor de manera uniforme, consiguiendo crear un ambiente agradable en toda la estancia. De este modo, la calefacción por paneles radiantes supera la principal limitación de los sistemas convencionales, que es la mayor concentración de calor en las zonas cercanas a los radiadores.
Los sistemas más comunes son, sin duda, los de agua, pero en todos los casos el objetivo principal es garantizar una distribución óptima del calor.
Una característica que hace que este sistema sea ecológico es que se requieren temperaturas del agua mucho más bajas que con los radiadores convencionales para calentar el espacio. Incluso con temperaturas del agua de 30 o 40ºC, la calefacción funciona de forma óptima, a diferencia de los sistemas tradicionales que necesitan temperaturas de hasta 60 o 70ºC.
Tipos de instalación de paneles radiantes
Los sistemas de paneles radiantes pueden colocarse en el techo o en las paredes, pero la solución más extendida actualmente es el sistema de suelo radiante.
Sistema de suelo radiante
El sistema de calefacción por suelo radiante consiste en la instalación de una red de tuberías o eléctrica por debajo del suelo, lo que hace que el calor se propague desde el suelo hacia el resto de la estancia.
La única precaución que hay que tener en cuenta es que el suelo que se instale por encima del sistema de paneles radiantes no sea de un material demasiado aislante y que, por tanto, pueda dificultar la difusión del calor.
Sistema de techo radiante
El sistema de calefacción por techo radiante es, probablemente, una solución menos costosa que el sistema de suelo radiante, ya que está formado por módulos prefabricados que se instalan en el falso techo.
Normalmente, se elige un material de revestimiento como el cartón yeso, que tiene unas propiedades óptimas de acumulación y conducción del calor, liberándolo gradualmente al entorno. Esta solución se adapta a la perfección a espacios grandes, como almacenes industriales o fábricas.
Sistema de pared radiante
Por lo general, los sistemas radiantes de pared se eligen cuando la superficie transitable del suelo no es adecuada para generar el calor necesario para calentar la estancia. Para su instalación, debe crearse una falsa pared en la que colocar los paneles radiantes.
También existen paneles radiantes de zócalo en los que se aprovecha el espacio del zócalo para su instalación, introduciendo pequeñas bobinas en su interior.
Ventajas de los paneles radiantes
Comodidad y confort
La función básica de los paneles radiantes, es decir, la radiación, garantiza una temperatura uniforme en la habitación, ofreciendo una sensación de gran confort y bienestar.
Además, evitan grandes diferencias de temperatura en el ambiente y corrientes de aire desagradables.
Eficiencia
Los sistemas de paneles radiantes son extremadamente eficientes. Con un solo sistema, es posible climatizar las estancias en las diferentes estaciones. De hecho, gracias a la temperatura del agua que pasa por las tuberías puede calentarse el ambiente en invierno (con el agua a 30 o 40ºC) y también enfriarlo en verano (con el agua a 10 o 15ºC).
Ahorro
La calefacción por paneles radiantes permite reducir el consumo y aumentar la eficiencia de las estancias donde se instala en comparación con los sistemas tradicionales.
Por término medio, un sistema de calefacción radiante puede ahorrar entre un 10 y un 15% del consumo de un sistema de calefacción tradicional.
Además, la eficiencia, y por tanto el ahorro, aumenta si la calefacción radiante se combina con generadores de calor como calderas de condensación, bombas de calor y sistemas solares térmicos.
Higiene y discreción
Los paneles radiantes no crean desplazamientos de aire y polvo, por lo que no ensucian el ambiente. Además, son silenciosos y no resultan molestos para las personas que ocupan las estancias climatizadas.
Estética
Estos sistemas se instalan bajo el suelo, sobre el techo o tras las paredes, por lo que son completamente invisibles y no suponen ningún condicionante estético. Tampoco ocupan ningún espacio, de manera que permiten un uso más eficiente del área disponible.
Si estás pensando en instalar un sistema de calefacción por paneles radiantes en tu empresa, ponte en contacto con nosotros y te asesoraremos sin compromiso.