climatizacion restaurante

¿Cómo elegir el mejor sistema de climatización para tu restaurante?

Abrir un restaurante es el sueño de muchas personas y supone un negocio rentable siempre que se gestione bien y se cuiden los detalles. La climatización dentro del restaurante es uno de esos detalles a los que hay que prestar especial atención, porque puede influir mucho en la satisfacción de cliente y, sobre todo, porque no es una variable fácil de gestionar.

Hay muchos elementos que influyen en la temperatura del interior de un restaurante: el número de personas presentes, la iluminación, los vapores, la maquinaria en funcionamiento en las cocinas, y muchos otros factores que hacen que el cálculo de la potencia necesaria sea realmente complejo.

En Ogisa te explicamos cuáles son los cinco puntos clave a tener en cuenta a la hora de elegir el mejor sistema de climatización para tu restaurante.

1) Definir la temperatura ideal

El primer punto a tener en cuenta a la hora de diseñar un sistema de climatización es, sin duda, la temperatura que se debe mantener en el interior de la habitación. Por regla general, lo mejor es mantener una temperatura constante de 22°C en invierno y 25°C en verano.

El grado de humedad, por supuesto, afecta a la percepción del calor, por lo que es necesario que sea menor en verano (alrededor del 30%) y mayor en invierno (dentro del 55%).

2) Considerar las cargas térmicas

También se debe tener en cuenta la carga térmica, es decir, la energía necesaria para crear la temperatura deseada. Durante las horas de la comida y la cena, debido a la mayor afluencia de clientes, la carga de calor aumenta considerablemente. Por eso, un buen sistema de aire acondicionado para restaurantes debe estar diseñado para mantener la temperatura ideal incluso en los momentos de mayor carga de trabajo.

Entonces, ¿cuál es la potencia necesaria? Dicha potencia puede calcularse, de forma aproximada, con la siguiente fórmula: 80W por persona más 30-40W por metro cuadrado de superficie iluminada artificialmente. No obstante, este cáculo no se aplica a la cocina, donde la presencia de campanas y aparatos de cocción modifica el cálculo de las proporciones.

3) Separar la instalación de los salones de la de las cocinas

Las necesidades de climatización del salón son muy diferentes a las de la cocina, porque en ella se multiplican los elementos a tener en cuenta. Si quieres un trabajo preciso y eficaz, lo mejor es que confíes el cálculo de la potencia necesaria a un profesional de la calefacción, ya que es un procedimiento complejo.

Todas las máquinas y fuentes de calor de la cocina influyen en la temperatura ambiente y, además, la presencia de la campana aumenta la necesidad de un buen sistema de aire acondicionado.

Por lo tanto, es muy aconsejable mantener los sistemas separados, en primer lugar para evitar el peligro de flujos de aire incontrolados y, en segundo lugar, porque es muy poco probable que un sistema diseñado para climatizar una habitación sea igual de eficiente en la cocina, y viceversa.

4) En la cocina, el aire cambia

Un aspecto que no debe subestimarse a la hora de diseñar el sistema de climatización de la cocina es la absoluta necesidad de garantizar una adecuada recirculación del aire.

Existen normas que deben respetarse en cuanto al nivel adecuado de ventilación, que tienen en cuenta el volumen de la sala multiplicado por un coeficiente asociado al tipo de estancia. No obstante, incluso aunque no existiera esta normativa, sería importante asegurar la cantidad de aire necesaria para tu bienestar, el de tus empleados y tus clientes.

Por lo tanto, el trabajo de la campana extractora adquiere una importancia primordial y es necesario elegir la más adecuada basándose en su funcionalidad y no solo en su aspecto estético.

Una elección acertada podría ser optar por una campana de compensación, que realiza dos trabajos al mismo tiempo: por un lado aspira los humos y vapores de la cocina y por otro emite aire limpio recuperado del ambiente, permitiendo una mejor disipación de los humos y del calor que las campanas de extracción clásicas.

5) Adoptar soluciones que te permitan ahorrar dinero

A la hora de diseñar el sistema de climatización de un restaurante, conviene no decantarse por la opción más barata, sino invertir en soluciones que permitan amortizar los costes en el tiempo y ahorrar dinero a largo plazo. Opta por un sistema inteligente que optimice el consumo de energía.

Una opción aconsejable, por ejemplo, es un sistema de recirculación que inyecta aire en la habitación, el cual es aspirado y purificado por filtros. Al no traer aire del exterior, esta solución altera menos la temperatura y hace menos necesario el aire acondicionado.

En este caso, podrías optar por un sistema con una unidad externa equipada con un inversor que transforma la corriente alterna en continua y la utiliza para alimentar el compresor, modulándolo en función de las necesidades. Un sistema con un inversor, controlado con una sonda de calidad del aire, optimiza el consumo de energía porque cuando la calidad del aire es buena el motor funciona a velocidad mínima, mientras que cuando la calidad es peor aumenta su potencia.

Estos son solo algunos de los aspectos importantes que hay que tener en cuenta a la hora de elegir el mejor sistema de climatización para restaurantes, una elección que requiere una planificación compleja, adaptada a las necesidades de tu establecimiento, y que no deja lugar a la improvisación.

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