Calderas de condensación:
Desde 2015 y para cumplir el acuerdo con la normativa europea, las calderas de condensación se configuran como el único tipo de calderas de gas que se permite fabricar y comercializar en el mercado, dados los rendimientos energéticos estacionales exigidos por dicha normativa a las calderas de igual o menos de 70 kilovatios de potencia.
En contraposición con las calderas de gas tradicionales, las calderas de gas de condensación permiten aprovechar el calor latente presente en el vapor de agua generado por la combustión del gas.
El aprovechamiento de dicho calor latente se traduce en la obtención de un mayor poder calorífico que el que obtendríamos con una caldera de gas convencional utilizando una misma cantidad de combustible, lo que garantiza un ahorro económico considerable en la factura .
Además, la instalación de calderas de condensación permite reducir la temperatura de los gases liberados con motivo de la combustión del gas, reduciendo el nivel de contaminación del medio ambiente y mejorando así la sostenibilidad mundial de la prestación de los servicios energéticos.
Dada la importancia de las calderas de condensación a efectos de ahorro energético, económico y de protección del medio ambiente, en este post, desde Ogisa te contamos en profundidad qué son las calderas de condensación, cómo funcionan y cuáles son sus principales ventajas.
¿Qué son las calderas de condensación y cómo funcionan?
Antes de entrar a definir el concepto de calderas de gas de condensación, es necesario tener claro qué es el poder calorífico y las dos clases de poder calorífico que pueden obtenerse mediante la combustión.
Así, podemos definir el poder calorífico como el nivel de energía térmica liberado durante el proceso de combustión del gas, al entrar este en contacto con el oxígeno. Durante dicho proceso de combustión se genera, principalmente, nitróxido de carbono, dióxido de carbono y vapor de agua.
A este respecto, existen dos tipos de poder calorífico: el poder calorífico inferior y el poder calorífico superior.
En particular, el poder calorífico inferior se refiere a la energía térmica contenida en una determinada cantidad de combustible. Frente a este, el poder calorífico superior hace referencia a la energía térmica adicional que se obtiene al condensar el vapor de agua generado en la combustión, también denominado como calor latente.
En este sentido, la condensación del vapor de agua consiste en el cambio de fase o estado del agua, de estado gaseoso a líquido. Este cambio de fase se consigue mediante la modificación de la presión y la temperatura del vapor de agua, al entrar en contacto con agua a menor temperatura.
Pues bien, las calderas de condensación son aquellas que permiten aprovechar el calor latente producido durante la combustión, mediante la condensación del vapor de agua liberado en dicho proceso de combustión.
¿Cuáles son las ventajas de las calderas de condensación?
Mayor rendimiento energético
Las calderas de condensación permiten obtener un rendimiento energético mayor, aprovechando tanto el poder calorífico inferior generado como consecuencia de la combustión del gas al entrar en contacto con el oxígeno, como el poder calorífico superior producido por la condensación del vapor de agua liberado en dicho proceso de combustión.
Esto constituye una ventaja fundamental frente a las calderas tradicionales, en las que el calor latente contenido en el vapor de agua liberado durante la combustión se pierde mediante la evacuación del conjunto de gases producidos en dicho proceso a través de las correspondientes salidas de humos.
Ahorro en la factura del gas
El ahorro energético de las calderas de condensación supone que, en contraposición con las calderas de gas convencionales, la combustión de una misma cantidad de gas permite obtener mayor cantidad de energía térmica. Por ello, la satisfacción de la demanda energética de los usuarios de las calderas de condensación de gas requiere el consumo de menos cantidad de combustible.
El uso de una menor cantidad de gas para la satisfacción de las mismas necesidades de energía se traduce en una reducción de la factura , lo que hoy en día resulta fundamental si tenemos en cuenta la exponencial subida del precio de este combustible.
Reducción de los niveles de contaminación
La condensación el vapor de agua no solo garantiza el aprovechamiento del calor latente generado en la combustión, sino que también permite reducir la temperatura de los gases liberados durante dicho proceso de combustión, mediante el enfriamiento del vapor de agua que pasa a estado líquido por condensación.
Esto desemboca en una reducción significativa de la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera.
Adaptación de su funcionamiento al nivel de demanda
Otra de las ventajas de las calderas de condensación consiste en que, al reducir la temperatura de los gases liberados por la combustión, su funcionamiento permite adaptarse mejor a las necesidades de la demanda y, además, de forma ininterrumpida.
Menos ruido
Como su funcionamiento no requiere paradas, se eliminan por completo los estruendos generados por el encendido y apagado de la combustión del gas.
Además, estas ventajas también se pueden aplicar a instalaciones con mayor necesidad energética, como comunidades, comercios o empresas ya que cada vez hay más opciones en el mercado para potencias >70Kw.
Ahora que conoces el funcionamiento, si tú caldera te esta dando problemas puedes contactar con Ogisa y te asesoraremos para que encuentres la mejor opción sin compromiso.