Cuando la gente habla de energía solar, suele referirse a la energía solar fotovoltaica, que se consigue a través de la instalación de paneles solares. Pero, ¿has pensado alguna vez en cómo funcionan realmente estos paneles para generar energía limpia?
En este artículo, desde Ogisa te explicamos qué es la energía fotovoltaica, cómo funciona y cuáles son sus ventajas.
¿Qué es la energía fotovoltaica?
El término fotovoltaico, etimológicamente hablando, proviene de la palabra griega “phos”, que significa luz, y de “volt”, que significa voltio, la unidad de fuerza electromotriz.
Así, entendemos la energía solar fotovoltaica como aquella que se produce al convertir la radiación solar en electricidad, como resultado de una reacción que tiene lugar a nivel atómico. Un sistema fotovoltaico típico cuenta con paneles solares que absorben esta luz solar y la transforman en electricidad, suministrando así energía limpia y renovable.
Aprovechando el efecto fotoeléctrico que presentan ciertos materiales, es posible crear células solares fotovoltaicas y desplegarlas a gran escala, es decir, en los tejados de los edificios o en parques industriales de paneles solares, para generar electricidad limpia y renovable.
La energía solar fotovoltaica ha sido reconocida como una energía renovable prometedora y los desarrollos de todo tipo (científicos, tecnológicos, industriales y logísticos) han ido en aumento desde principios de siglo. Esto la convierte en una de las tecnologías de energías renovables de más rápido crecimiento en el mundo.
Además, con el aumento de los incentivos gubernamentales que se ofrecen a los propietarios de sistemas solares fotovoltaicos (por ejemplo, exenciones fiscales, pago por la energía suministrada a la red y tarifas de alimentación), es probable que esta tendencia creciente continúe.
¿Cómo funciona la energía fotovoltaica?
Los paneles solares están formados por conjuntos de celdas o células fotovoltaicas, hechas de finas capas de silicio cristalino, el mismo elemento que se utiliza en prácticamente todos los dispositivos electrónicos actuales. Aunque dichas capas eran relativamente gruesas cuando se desarrollaron las células solares fotovoltaicas, ahora son tan finas que apenas tienen el grosor de un cabello humano.
Cuando los fotones de los que se compone la luz impactan contra los paneles solares, golpean los electrones cargados negativamente dentro de los átomos de silicio y los liberan, generando la corriente eléctrica continua.
Posteriormente, gracias a los inversores, la corriente eléctrica continua que han generado los paneles solares se transforma en corriente alterna, que es la que se utiliza para el consumo. En el proceso también intervienen los transformadores, que sirven para aumentar la tensión de la corriente generada.
Las instalaciones fotovoltaicas pueden estar conectadas a la red o no. Normalmente, las que están conectadas vuelcan sus excedentes de energía a la red cuando producen en exceso y obtienen energía de la red cuando no producen suficiente. Por su parte, las instalaciones que no están conectadas a la red requerirán de acumuladores o baterías para poder funcionar cuando no se produzca la energía necesaria.
Ventajas de la tecnología fotovoltaica
Especialmente en lo que respecta al medio ambiente y la sostenibilidad, la tecnología fotovoltaica ofrece numerosas ventajas, como son:
Una fuente de energía limpia
La mayor ventaja de la energía solar fotovoltaica es que se trata de una energía limpia. En un mundo afectado por problemas climáticos y con elevados objetivos de neutralidad de carbono, esta ventaja es fundamental.
A diferencia de otras fuentes de energía, los paneles solares fotovoltaicos no emiten gases de efecto invernadero ni otros contaminantes cuando generan electricidad. Tampoco agotan los recursos naturales, ya que utilizan la luz solar, que se considera una fuente totalmente renovable. Esto contribuye a proteger el medio ambiente y a que los recursos naturales de la Tierra duren más tiempo.
Silenciosa y discreta
Las instalaciones solares que generan la energía fotovoltaica no producen ningún ruido durante el proceso. Esta es una distinción clave con respecto a otros métodos tradicionales de generación de energía, que en ocasiones pueden resultar molestos por los ruidos que causan.
Además, la tecnología fotovoltaica no solo es silenciosa, sino que también es discreta. A medida que se ha ido desarrollando, los paneles solares se han hecho cada vez más pequeños y adaptados a las necesidades individuales.
Disponible en cualquier lugar
No hay lugar en la Tierra donde no brille el sol. La radiación solar está disponible en cualquier lugar, así que, independientemente de la ubicación, la luz del sol puede utilizarse para generar electricidad. Y, dado que el sol produce enormes cantidades de energía, no hay problemas de escasez como los que existen con otras fuentes energéticas.
Asimismo, este tipo de energía permite el autoconsumo, de manera que cualquier persona (con el permiso de la comunidad de vecinos) o empresa puede beneficiarse de esta tecnología y reducir su dependencia del exterior.
Barata y flexible
Aunque el coste de la instalación puede ser elevado, se amortiza en poco tiempo, ya que el uso de energía solar permite ahorrar en las facturas energéticas.
Además, ya que los paneles solares son modulares, pueden instalarse en función de las necesidades individuales del cliente, haciendo la instalación totalmente flexible e individualizada.
Si estás pensando en instalar un sistema de energía fotovoltaica en tu vivienda o negocio, no dudes en contactar con nosotros. Te ofrecemos un servicio de asesoramiento para que escojas el sistema que más se adapte a tus necesidades, ayudándote a ahorrar en tus facturas.